miércoles, 23 de enero de 2008

Si tu ojo te ofende, arráncatelo.

Continuamos con el juego del ka-tet que consiste en construir un relato a partir de una frase. Esta frase que ha propuesto Soniarod ha sido extraída de Casa Infernal, un libro del genial Richard Matheson, que a su vez la extrajo de la Biblia.

Y este es el minirelato.

Con 43 años, un féliz matrimonio y tres niños encantadores Carlos sabía que algo no funcionaba en su vida. Era un extraña sensación que, ya desde que su cuerpo comenzó a despertar a la adolescencia, le venía atormentando y hacíéndole sentir que algo no estaba bien.
Sentía que engañaba a los demás, a sus amigos, a sus compañeros de trabajo, a su familia, y sobre todo a sí mismo.
Nada de esto hubiera cambiado si aquel martes por la tarde, Carlos, no se hubiera encontrado a Felipe, un antiguo compañero de los Hermanos del Sagrado Corazón al que no veía hacía tiempo.
Felipe había sido el alumno más aplicado del colegio y ejemplo para todos los demás. Lo que Carlos veía aquel día era a un tipo feliz pero evidentemente con una imagen muy alejada de lo que la gente tiene de un señor de cuarenta y tantos años.
Estuvieron charlando un rato, de los viejos tiempos, de fútbol y de cómo les había ido en la vida. Felipe se le quedó mirando a los ojos y, sin decirle nada más le soltó esta frase, así, de sopetón "Si tu ojo te ofende, arráncatelo."
A los pocos días, Carlos, entró por primera vez en su vida a un bar de ambiente gay. Esa misma noche, al llegar a casa, tras asumirse a sí mismo, se lo confesó a su mujer.

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